Las manchas solares son un fenómeno temporal en la fotosfera del Sol que aparecen visiblemente como manchas oscuras en comparación con las regiones circundantes. Estas son causadas por una intensa actividad magnética, que inhibe la convección, formando zonas de temperatura superficial reducida. Aunque están a temperaturas de aproximadamente 3.000-4.500 K (2.727-4.227 ° C), el contraste con el material que le rodea a aproximadamente 5.780 K (5.500 ° C) muestra claramente visibles como puntos oscuros. Las manchas solares se expanden y contraen a medida que avanzan a través de la superficie del Sol y puede ser tan grandes como 80.000 kilómetros  de diámetro, por lo que los más grandes son visibles desde la Tierra sin la ayuda de un telescopio. También pueden viajar a velocidades relativas ("movimientos propios") de unos pocos cientos de m/s cuando aparecen por primera vez en la fotosfera solar.

Manifestación de la actividad magnética intensa, las manchas solares albergan fenómenos secundarios como bucles coronales (protuberancias) y los eventos de reconexión. La mayoría de las erupciones solares y eyecciones de masa coronal se originan en regiones magnéticamente activas alrededor de los grupos de manchas solares.